Hace un par de años, fuí a Falabella a comprarme una palangana de plástico para suplantar al jacuzzi de casa que tiene una grieta en la base y filtra el agua, cuando me encuentro en un pasillo de la tienda con el conocidísimo ajedrecista Anatoli Karpov comprando 3 bombitas de 75w. Obviamente que no iba a dejar pasar la ocasión y procedí a correr hacia él con tal mala fortuna que tropecé con un Ludo Matic que había dejado en el piso la Mole Moli, cayendo en el piso como un principiante de ballet al que le sale mal su primer pas de deux. Anatoli se acercó, dijo un par de cosas en ruso que no entendí y me dio este libro que solo atiné a recibir sin emitir palabra alguna debido a un severo traumatismo de craneo y la sangre que emanaba profusamente de mi frente. Luego de estar internado 2 meses en coma 4 en una veterinaria, comencé a leer este libro que me ayudó muchísimo en mi vida futura. Nunca más me tropecé con un Ludo Matic.

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