HARTO YA DE ESTAR HARTO

Me siento impotente y esa sensación está ligada con el bochorno de la elecciones del 2 de Septiembre en mi convulsionada ciudad de Córdoba (si no sabés de que te hablo leé ACA). En realidad hace bastantes años que dejé de considerar gobernantes a esta sarta de corruptos que dejan de ser senadores para ser ministros y luego ser gobernadores y luego ser diputados y luego ser asesores y así In Eternum, teniendo como única prioridad el engrosar sus obscenas cuentas en el exterior y apilar propiedades y rodados a nombre de oscuros testaferros. Y en esta carrera que no tiene fin, matan la educación, destrozan la cultura, deforestan nuestro futuro y asfixian al ciudadano común con dígitos de inflación propios de un libro de Peter Pan. Estoy cansado que me escupan la palabra justicia, alegando que no se les declaró la culpabilidad en ninguno de los poquísimos entuertos que salieron a la luz, como si los probos e imparciales jueces a los que se sometieron fueran émulos de Dios. Estoy cansado de ese tono paternalista con que emiten sus promesas en época eleccionaria y el "pibe, vos no sabés nada" con el que te miran cuando pasaron meses en que asumieron y no cumplieron ni el 1% de lo que me dijeron que iban a realizar. Estoy cansado de los índices, el riesgo país, el Merval, la bolsa, la cotización del dolar, la caída de los alquileres en EEUU y la falta de ozono en Suecia, todas excusas utilizadas en exceso para dibujar porque el país cae en forma inversamente proporcional al crecimiento de sus onerosos bolsillos. Como diría el maestro Serrat: "harto ya de estar harto ya me cansé..."
¿Qué me queda por hacer? ¿Encabezar un movimiento revolucionario al que nadie me va a acompañar? ¿Mutar en francotirador y hacer justicia por mi cuenta con la posibilidad de caer en cana y matar mi ya atribulada alma? ¿Decirles "hijos de puta" en la cara y que me pasen con su 4x4 por la espalda?
No. Lo que me queda es el cristiano y placentero sentimiento de que acá la van a pasar joya pero un caluroso infierno los acojerá en el más allá. Esta bien, es una boludez. Pero por lo menos es mía y ellos, los dueños de nuestras vidas, no me la van a poder quitar.

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