CIVILIZACION O BARBARIE

V
iolencia, inseguridad, temor, impotencia, muerte. En situaciones normales jamás una persona relacionaría estas palabras con un partido de futbol. Pero estamos en Argentina, la tierra donde todo lo fantástico se puede transformar en real; donde la incoherencia y la intolerancia derrotan al raciocinio sin ningún esfuerzo. Para los que no pertenecen a este bendito pedazo de tierra es necesario comentar como comienza todo. En la Primera División del Futbol Argentino existe un inequitativo regimen de descensos y promociones en el que se promedian los últimos 3 torneos en las que participa cada equipo, medida que beneficia a los clubes denominados "grandes" ya que pueden tener una mala campaña y subsanarla en la siguiente temporada. De esa forma es muy dificil que descienda alguno de los poderosos y los clubes que ascienden, al dividir solo por 1, no tienen margen de error y deben cosechar una cantidad más que importante de puntos para conservar su lugar en el círculo privilegiado. Este año le tocó a los 3 que ascendieron (Belgrano, Godoy Cruz y Nueva Chicago) volver a la B a pesar que terminaron en los puestos 16º, 15º y 14º respectivamente. Campeonatos cortos de una sola ronda, presión constante por que cada punto es fundamental, arbitrajes cuestionados; todo ese aire enrarecido se traslada al hincha que vive cada partido como una final. Resumiendo, se privilegia el comercio al fundamento del deporte.
Bien, esto es solo una descripción del panorama en el que se mueve el futbol que no quiere justificar lo que pasó el sábado anterior, simplemente intenta mostrar el escenario y alguna de las posibles causas de lo sucedido. Ese día, Nueva Chicago cayó con justicia 2 a 1 ante Tigre, club proveniente de la Primera B, provocando su descenso de categoría y el descontrol de los hinchas perdedores quienes ingresaron a la cancha, despojaron de toda indumentaria a los jugadores, destrozaron las instalaciones de su estadio, arrojaron todo tipo de elemento contundente contra la parcialidad visitante y procedieron a emboscarlos en las inmediaciones del predio ocasionando la muerte de una persona de 41 años y miles de heridos y daños materiales a viviendas y vehículos que estaban en la zona del desastre. Semejante barbarie se reitera con bastante asiduidad en el universo futbol, tal vez por que este deporte es uno de los emergentes de nuestra sociedad y nos muestra la debacle de un pueblo que está equivocando su escala de valores y que marcha inexorablemente hacia una vertiginosa e inevitable caída. Es hora entonces de hacer una profunda autocrítica y ver que pretendemos de nuestro futuro porque el paralelismo entre ese estadio y las fronteras de nuestro país es más que obvio y la violencia inescrupulosa está ahí nomás, a la vuelta de nuestras casas. Sacarnos la venda y comenzar a examinar nuestra conciencia como parte de esta enferma comunidad sería una excelente primer medida.

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