
Digan lo que digan
Robi es un maestro. Por supuesto que saltarán los clasistas y reirán:
"¿qué me venís con este, no era uno de los de Menudo?". Y luego los reaccionarios del rock que me escupirán:
"¡¡¡Este es el que le escribía temas a Ricky Martin, Livin' la vida loca, La copa de la vida, María...". Y también surgirán los que prefieren al jetón de
Villa Lugano y su bandita barrial y dirán que lo que hace mi pollo es estiercol auditivo. A todos ellos les invito con toda algarabía a que me succionen un testículo. Estoy cansado de los que catalogan la música como buena o mala según sea el palo del cual provenga el intérprete. A esa gente de oídos cerrados y mente estrecha les informo que hay residuos cloacales en cada uno de los géneros musicales y no hay uno, ni uno solo, que se salve de esa ley universal.
Robert Edward Rosa Suarez nació allá por 1969 en
Nueva York, contrariamente a la leyenda popular que lo nacionaliza portorriqueño. Lo que pasa es que muy de niño se mudó a
Puerto Rico y gracias a su dominio del inglés pudo ingresar a
Menudo para cantar los temas compuestos en la lengua de
Shakespeare que buscaban el ingreso de los pebetes en el mercado anglosajón. Estuvo con ellos hasta 1987 y después... después viene lo mejor.
Maggie's Dreams (1990) (7)

Luego de darse una vuelta por tierras brasileñas donde grabó un par de discos con canciones en portugués, se muda a
Nueva York y allí arma el combo
Maggie's Dreams. El disco es un robo a cara descubierta a
Lenny Kravitz, es más, te preguntás si no te está haciendo una joda y el que canta no es el moreno con su grupo. Pero los temas son buenos y mucho no te importa. Además
Kravitz le choreó de la misma manera a
Sly Stone, así que ladrón que roba a un ladrón tiene cien corcheas de perdón.

Frío (1993) (10)

Dis-ca-zo. Ni un tema de relleno, aún hoy lo sigo escuchando y me sorprende descubriendo algún sutil arreglito que en su momento se me había pasado por alto. Canciones poderosas que conviven en un perfecto equilibrio entre lo acústico y lo eléctrico; cuerdas, vientos, hammonds y distorsión sonando en una certera y aguda conjunción. Hay para las quinceañeras enamoradas (
Y qué me importa,
Cruzando puertas,
Frío), para los amantes de lo latino (
Guajira,
Mama Hue), para los melancólicos (
Casi una diosa) y para los fans de
Lenny, por supuesto (
Mama,
Tu tren se va). Uno de los escasos ejemplos en donde ser popular no significa ser grasa.

Vagabundo (1996) (9)

De pronto
Robi oscureció sus lanas largas teñidas de rosa, se vistió de negro, se pintó las uñas del mismo color y para hacerla completa no solo ensombreció sus letras, también su música. Cómo si quisiera alejarse de toda posibilidad de lograr fama, dinero y popularidad, nos golpéa con este cross de izquierda dejándonos en la lona sin la posibilidad de la cuenta de 10 del juez. Si en
Frío sorprendía la construcción melódica, acá lo hace la busqueda de la disonancia perdida y el contrapunto en un marco absolútamente alternativo. Como yapa anecdótica está el origen del tema
Brujería cuya musa inspiradora fue...¡¡¡
Heroína de
Sumo!!! Telón.

Songbirds & Roosters (6)

Con el seudónimo de
Ian Blacke comienza su derrotero como compositor de los éxitos de su ex-coequiper
Ricky Martin, ocupándose aparte de la producción de estos discos que vendieron más de 20 millones de copias por el mundo.
Sony Latin lo convence de editar los temas en inglés de su elogiado
Frío. Finalmente sale
Songbirds & Roosters que conserva las bases del mencionado trabajo pero con letras que no eran traducciones sino nuevas ideas con otras melodías que no eran las originales. No deja de ser un refrito con onda y resulta un poco chocante para los que nos gustó el auténtico en español.

Libertad del alma (2001) (5)

Del 98 a esta parte
Draco está a full juntando dólares, marcos y yens con la factoría
Martin y su desembarco triunfal en las tierras del
Norte. Entonces la compañía discográfica decide lanzar un compilado que constaba de canciones de los 3 discos más algún material de descarte de sesiones poseídas por sustancias prohibidas que fueron definidas como rarezas. De por sí juntar tan disímiles propuestas era ardua tarea no solo para el que armara esta colección que nada nuevo aportaba, también lo era para el escucha. A esta altura nadie daba dos mangos por su regreso como intérprete viendo el suceso comercial que gozaba en su otro rol.

Mad Love (2004) (8)

En el 2004 salió
Como me acuerdo, que contaba con algunas canciones de sus anteriores discos (¡¡otra vez!!) y algunos temas nuevos que formarían parte del aplaudido tanto en
Latinoamérica como en
Europa Mad Love. Nominado para los premios
Latin Billboard en la categoría
Mejor Album Latino Alternativo y ganador del
Grammy Latino en la categoría de
Mejor Video Musical por el tema
Más y más, parecía que le había llegado la hora del reconocimiento del gran público. Raros y hábiles arreglos para melodías clásicas en los cuales
Robi te convence de que el que escuchás es un gran tema aunque en realidad sea uno más.

Draco y el teatro de lo absurdo (2007) (6)

Luego de sacar en el 2005 otro grandes éxitos esta vez en vivo (esperemos que sea el último, por favor...) llamado
Al natural, el artista ahora llamado
Draco Rosa busca sus raíces circa
Vagabundo. Y el resultado es bastante engorroso de calificar. Por momentos parece un demo, en otros una osada muestra de vanguardia; en algunos pasajes te ofrece un cañoncito con dulce de leche, en otros un postre de difícil digestión. Pero todo esto forma parte de la normalidad del
Universo Rosa y sus fans buscan precisamente eso. Me cuesta denominarlo como un disco de transición porque toda su carrera lo es pero creo que ese saco es el que mejor le calza.

Compositor, escritor, cantante, músico, poeta, pintor, y actor. Un artista con todas las letras. Más allá de rótulos e ideologías.