¿Te diste cuenta que cuando eras chico el tiempo pasaba más lento? O por lo menos daba esa impresión, la de transitar más cansinamente por nuestros caminos. No sé en realidad cuantos años tenés, tal vez aún no te tocó padecer este trauma espacio-tiempo. A mí me pegó cuando asistí a una reunión con gente del secundario que hacía mucho que no veía. Observar esas panzas protuberantes, esas peladas desafiantes al sol, algunas canas, algunas arrugas; en resumen, el paso del tirano por esos cuerpos (ojo, hablo del resto porque uno se mira cada mañana al espejo y le parece que no cambia nunca) provocó el shock que se da porque para nuestra engañosa mente han pasado solo un par de meses cuando en realidad es mucho mayor la distancia vivida. Entonces, te asustás y te preguntás dónde han ido a parar todos esos años que refleja impiadosamente el número en tu edad cronológica. La respuesta tal vez esté en que de pibe se producían eventos que marcaban tu existencia y originaban una diversidad que creaba la ilusión de mejor aprovechamiento del reloj. Esos momentos no eran necesariamente hechos extraordinarios, simplemente cosas distintas que pintaban tus horas. La llegada de la rutina laboral o estudiantil o de convivencia en pareja hace que cada día se parezca demasiado al anterior y también al que vendrá. Sería bueno recordar los mecanismos que tenía nuestra adolescencia para crear esos eventos que le jugaban una broma al tiempo y así sentir que no desperdiciamos este verdadero bien valuable en oro. Bien, no tiene mucho que ver con lo anterior pero está relacionado con el querer cambiar y ver algo distinto cada día cuando prendo mi PC. Soy fan de los wallpapers, tengo infinidad de ellos y acá te dejo unos cuantos de los que van rotando por mi escritorio. Traté que tuvieran cierta coherencia estilística; en ediciones posteriores pondré otros para distintos gustos. Para pasarlos a tu compu clikeá sobre el wall y recién ahí poné guardar imagen.


























No hay comentarios.: